jueves, 10 de mayo de 2012

La punta del iceberg.

En estos días se ha publicado en la prensa canaria dos noticias indignantes, no por violentas, o xenófogas o ir en contra de la libertad religiosa; son indignantes porque sus protagonistas han abusado de sus cargos, se rien de los ciudadanos que les votaron y demuestran, una vez más, que "en general" (pero ojo, en general bastante general) que los que se dedican a la actividad política lo hacen para VIVIR (sí, con mayúsculas) del pueblo. En uno de los casos, un concejal de Arrecife de Lanzarote (Pedro de Armas, del PNC-NC) lleva cinco meses ausente del ayuntamiento porque participa en una regata de veleros en las Antillas; en la otra noticia podemos leer que otro concejal, en esta ocasión del Puerto de La Cruz (Luis Rodríguez, del PP) "consumió" durante 2011 un total de 9.634 € en telefonía móvil. Pero es que la corporación municipal de esa localidad del norte tinerfeño se despachó por ese concepto más de 37.000 €, sin sonrojarse ni nada. Volviendo al tal Rodríguez podríamos preguntarnos cuántas horas al mes podría trabajar si la factura del teléfono es la que se ha denunciado, ya que o hablaba y navegaba muchas horas diarias o consumía en determinadas llamadas a números de tarificación especial, pensando mal.

Estas noticias son solo un pequeño detalle, una punta de un enorme iceberg capaz de hundir a titanics. Si simplemente tuvieran nuestros políticos (y aunque generalizar mete en el saco a los decentes también, pero son escasos asi que se justifica el comentario) algo de decencia, de dignidad, de remordimientos por un caos creado entre ellos y la banca (por no decir los banqueros) este país podría salir de la crisis con relativa rapidez, como ha ocurrido en otros donde desde hace casi un año se crece, mientras a nosotros la mierda nos empieza a llegar al cuello y sigue subiendo.

Necesitamos ejemplos, pasos adelante y que de verdad nos hagan volver a confiar en ellos como dirigentes capaces de timonear con buen rumbo nuestro barco fantasma. Cuando se obtienen ingresos muy superiores a los de cualquier trabajador con un puesto de responsabilidad (hablamos de sueldos entre 40 y 70.000 € anuales, aparte de dietas, gastos, etc) no se podría esperar menos de estos, supuestamente dedicados al "trabajo público y por el pueblo" (¿Qué gracia, verdad?), que rebajar de manera significativa sus sueldos, digamos que un 25 o 30% (de 50 mil serían unos 15 mil, que les daría de sobra para el supermercado con 35.000 euracos). Hay que tener en cuenta que no gastan en teléfono, gasolina, aparcamiento, internet, viajes... Cuando un ejecutivo de una empresa comercial no cumple objetivos o hace caer a la empresa en pérdidas se le despide. Cuando un político, a causa de su mala gestión, lleva a la ruina, sea a un municipio como una comunidad autónoma, no tenemos la capacidad los ciudadanos de despedirlo, desposeerlo de cargos y privilegios; nos lo tenemos que seguir tragando mientras las listas de paro aumentan, mientras los comedores sociales no dan abasto y mientras los niños en casa pasan los mayores desconsuelos porque no tienen alegrías, algún capricho, un pequeño regalo, etc.

¿Ante este despropósito qué podemos hacer? Pues legalmente poco la verdad, salvo indignarnos, protestar en las ciudades y pueblos, escribir en los medios de comunicación, despreciarlos por la calle... Pues aunque sea eso, aunque no podamos entrar en sus despachos, darles una bolsa de basura vacía para que metan en ellas sus pertenecias personales (solo las suyas) y abandonen el edificio y busquen trabajo donde no hay, y si lo encuentra por fin sepan lo que significa sudar 600, 900 o 1.200 € mensuales y pagarte tú de ellos todos los gastos que generas, como lo que nos queda es la rabieta, pues enrrabietémonos sin dudarlo, indignémonos con firmeza y sin temor; solo hay que recordar alguna frase histórica: "el pueblo unido jamás será vencido" o "Fuenteovejuna, todos a una", por ejemplo. Es el momento de repudiarlos (según la RAE es "rechazar algo, no aceptarlo") y de hacerlo de tal manera que se den perfectamente cuenta de nuestro asco por una situación que ningún ciudadano ha provocado y que solo los ciudadanos padecemos, por tanto hablamos de una total injusticia social. Y es que, en muchos de los casos que a diario se viven no solo se trata de acciones injustas sino posiblemente ilegales y premeditadas.

Si a un funcionario público con salario de 1.000 € le rebajan su sueldo un 5% suponen 50 € mensuales menos, se queda con 950. Si un alto cargo se baja un 7% de unos ingresos de 4.500 €, son 315... Le siguen quedando más de 4.000 € mensuales. ¿Se dan cuenta que uno puede empezar a tener problemas para pagar en Mercadona o sacar el bonobus, mientras el otro sigue comprando en El Corte Inglés y el chófer le recoje en la puerta de casa cada mañana y le vuelve a llevar de regreso? España, como tantos otros paises, para prosperar necesita trabajo y trabajadores que los cubran, pero no necesita políticos por miles que hagan menguar las pobres arcas públicas a base de sueldos millonarios, indemnizaciones injustificadas y gastos suntuarios.

De las crisis se sale creciendo no recortando, se sale siendo honestos, no unos aprovechados. Simplemente estamos pagando décadas de desmadre con los dineros de los demás, unos especulando (la banca), otros gastando en exceso y/o malversando (según la RAE, de nuevo, "apropiarse o destinar los caudales públicos a un uso ajeno a su función). ¡ Es que la definición es perfecta!

¡Probemos a echarlos!

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