lunes, 23 de marzo de 2015

El túnel

Ya estaba decidido desde hacía tiempo, algún día debía armarme del valor necesario para entrar. En el pueblo ya nadie lo cruzaba desde que se hizo la carretera y casi todos los vecinos tenían coche; no era necesario echar a andar por el sendero a pesar de que el camino era más corto, todos preferían la comodidad de ir sentados. Normalmente en alguna noche de tormenta, cada verano, cuando la luz de la luna quedaba oculta por las nubes, mi abuela me recordaba que no atravesara aquel túnel, que estaba maldito, pero las siluetas de luz que decía eran vistas cuando ya estabas lejos de la entrada, pero aún más lejos de la salida opuesta, suponían un desafío para un niño como yo, ávido de fantasear y de hacer largos y aventureros viajes en mis sueños. Año tras año, cuando regresaba al pueblo a pasar una o dos semanas de vacaciones con mis abuelos me acercaba, entre la maleza crecida y espesa, al recodo del camino donde estaba; la profunda oscuridad que de él salía me aterraba y corriendo subía rápidamente de nuevo hasta la carretera para andar los dos kilómetros que me separaban de la casa de mis amigos. A salvo, del otro lado de la montaña, pensaba que esos 200 metros de atajo eran imposibles para mí.
 
 

 Crecí, pasaron los años y el niño temeroso de aquellas leyendas y relatos de estivales noches de tormenta se hizo adulto. Mi abuela era ya el recuerdo amable de tantas tardes en el pueblo, de algunas noches de miedos y de un beso de despedida anhelando que los meses pasaran volando hasta el verano siguiente. Ahora no sentía temores infantiles y aún tenía un reto por superar, el túnel. Ese año decidí ir un día hasta el pueblo, sin más idea en mi mente que parar antes de llegar para bajar el sendero y entrar en aquel largo, algo curvado, húmedo y silencioso túnel. Con la cámara al cuello, las botas calzadas, una linterna en la mano y la valentía que la edad nos suele conferir me fui acercando. La voz de mi abuela me retumbaba dentro… “Andrés no pases por el túnel, vete por la carretera”. Pero Andrés ya no era un chaval y hoy recorrería ese par de cientos de metros solo, acompañado de sus recuerdos y de misterios.
 
Paso a paso fui avanzando; he de reconocer que me inquietaba la idea de que fueran ciertas esas “mágicas” figuras, esas siluetas luminosas que te envolvían silenciosamente a mitad del camino. Tras unos minutos la luz de la entrada iba alejándose y el ojo del túnel era cada vez más pequeño; cuando casi desaparecía en la distancia, el recodo que hacía el estrecho pasadizo te sumía en la más absoluta oscuridad y aún faltaba algo más de la mitad por atravesar. Fue entonces cuando me detuve, apagué la linterna y me apresté a escuchar, quizás a ver, no sé si a sentir, pero algo sí que logré en ese instante, acelerar el latido de mi corazón. Como la lógica hacía presagiar, nada ocurrió en aquel túnel, ninguna presencia se manifestó ante mí; bueno, nada, nada, tampoco. Cuando estás en mitad de ninguna parte, ni visible ni tangible al menos, tu mente se activa, tus temores renacen y tus ausencias sí se manifiestan.
Aquella tarde, en aquel siniestro túnel abandonado de un pequeño pueblo aparecieron los temores de adulto, los recuerdos, los errores y los pocos aciertos, la incertidumbre del futuro. Aquella tarde, en la oscura soledad, recordando a mi abuela, pensé que quizás sus historias no eran de muertos vivientes sino de los fantasmas de su pasado que no deseaba recordar y que ella, como toda abuela, no quería que yo los empezara a vivir aún, que ya me llegaría el momento.

jueves, 19 de marzo de 2015

Asco

Impresión desagradable causada por algo que repugna (R.A.E.), pues eso. Hace mucho que no escribo entradas nuevas en este blog. Nació para expresar los sentimientos que me producían los acontecimientos vividos cada día; el ciudadano observador se ha mantenido dormido en la acción de escribir, pero, por el contrario, muy activo en ver, oír y sentir todo lo que en este tiempo ha ido aconteciendo alrededor mío, de nosotros. Durante el mismo hemos podido asistir a un continuo desfile de denuncias, corrupciones, justificaciones increibles, defensas e indecencias, sobre todo indecencias políticas. Comenzaba con la definición de la palabra asco, que es la sensación que todo esto me da, bueno todo lo que tiene que ver con la "clase" política en general, las instituciones financieras y afines.

El asco lo causa aquello que repugna y no concibo en este momento de nuestra vida, en marzo de 2015, mejor vocablo para expresar esa impresión. Cada día, a casi cualquier hora del mismo, hemos de asistir a un interminable rosario de noticias y declaraciones que nos pasean por las decenas, cientos, de casos de corrupción, de menosprecio a lo público y de desfachatez política. Vimos cómo poco a poco fue desapareciendo la llamada clase media, hasta ser casi un recuerdo del pasado; asistimos a "paseillos" judiciales de destacados personaje, personajillos diversos, banqueros y políticos, empresarios y testaferros. De todos ellos pocos han mordido aún el polvo del suelo; ser poderoso otorga medios, estrategias elaboradas por concienzudos y carísimos abogados, ciertas complacencias de algunas instancias policiales y judiciales, protección de las altas instancias agradecidas del estado, etc. Desde los más pequeños municipios de España hasta la Corona se han visto salpicados por unas u otras cuestiones.

Desagradable es ver y oír las continuas mentiras de un presidente del Gobierno que desde la campaña electoral o se esconde o nunca dice la verdad sobre nada, por importante o sensible que sea el asunto; también lo es cuando el ministro de Hacienda usa los datos confidenciales de contribuyentes para jactarse y amenazar a diestro y siniestro en las tribunas públicas; igualmente cuando desde el Ministerio del Interior se trata de cerrar bocas a base de cambios en la legislación sobre los derechos de manifestación o, lo que casi es peor, a golpe de porras y pelotas de goma; repulsa se siente cuando en el Ejército se sigue tratando a la mujer como "cosa" en vez de como igual y se truncan carreras militares que a todas luces vislumbraban un gran futuro. Es triste ver como la sociedad se ha ido empobreciendo y a miles de ciudadanos desalojados por la fuerza de casas que no pueden pagar, sin pudor y sin tener en cuenta ancianos, enfermos o niños, mientras cada día los periódicos y noticias de radio y televisión nos ofrecen los excelentes resultados de la banca, de las grandes empresas o de los más ricos del país, cada día más ricos a costa de que los salarios que pagan cada vez son más pequeños y con tal de trabajar ya casi aceptamos cualquier "limosna" a final de mes. Contratos fraudulentos, colocación de amigos y familiares, tarjetas opacas y una lista interminable de corruptelas sin juicio y sin castigo.

No entiendo como se les sigue votando, no entiendo como sus escandalosas mentiras cautivan aún a gente que está en el paro, o casi no tiene para comer, o donde vivir con dignidad, no entiendo tantas cosas... Entramos ya en campaña electoral, nuestras ciudades se están llenando no solo de mensajes prometedores, también se llenan de calles recién acondicionadas, jardines, más limpieza. Pronto a miles y miles de ciudadanos enfurecidos se les irá calmando su ira con tanta obra en barrios y accesos a las ciudades, con tanta cara sonriente de concejales, alcaldes y candidatos y les volverán a votar. Volverán a hacerlo, a los mentirosos de siempre, a los que en poco tiempo les defraudarán una vez más porque no cumplen los programas electorales; de nuevo, en cientos de bares y cafeterías se escucharán los mismos comentarios de ahora, de hace dos o tres años atrás, que si son unos sinvergüenzas, que si no merecen estar donde están, etc. Estamos a tiempo, aún hay alguna posibilidad de darles con nuestra única arma posible en todas las narices, el voto. El ciudadano no puede dejarse engañar una vez más, como tantas veces ha ocurrido desde 1977 en que se pudo de nuevo votar libremente en España. Al año siguiente se aprobaba una Constitución que se supone iba a garantizar los derechos y libertades de todos los españoles, esos que constantemente son pisoteados, ninguneados o negados en todas las instancias públicas. Nadie dimite, nadie se ruboriza cuando es pillado.

2015 nos da derecho, de nuevo,  a elegir representantes municipales y autonómicos en mayo y nacionales en diciembre, esto último si el Gobierno no hace sucias maniobras y aplaza las Generales. Aprendamos de la Historia, con mayúscula, seamos inteligentes por una vez, razonemos lo que nos interesa como pueblo, apartemos a tanto mentiroso, corrupto y viciado del poder y, si queda alguno libre de pecado votémosle. Tal y como han acontecido los hechos en estos años de crisis, al menos para mi, la clase política actual es culpable hasta que demuestre su inocencia. Al final es casi lo mismo que han hecho con nosotros y nos hemos dejado. No perdamos la dignidad al menos ya que hemos perdido nuestra capacidad adquisitiva.

jueves, 20 de diciembre de 2012

La mejor imagen...

Atónito, estupefacto, pasmado son las expresiones que se me antojan cuando leo (u oigo) las declaraciones del presidente del Consejo General del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, a la radio pública, "erre ene e" como diría el ínclito Urdaci; uno tiene que frotarse bien los ojos y releer el texto para comprobar que no es una jugarreta de mi maduro cerebro, sino que es así, con todas sus letras, como se ha expresado Moliner: "Se han pasado de rosca", "Creo que es excesivo, no es la mejor imagen", "¿Se imaginan al presidente del tribunal Supremo viajando en turista?" o "Es tremendo...". Estas son algunas de las perlas que tan alegremente nos ha regalado el personaje entrevistado cuando se quejaba de que ha de viajar en clase turista ¡Como los ciudadanos!
 
La verdad es que no hay forma de analizarlo con cierta frialdad y distancia, más que nada porque estamos en diciembre de 2012, con un recorrido ya de varios años de lamentar las desgracias de la crisis económica y tras más de doce meses de rodillo y recortes de todo tipo de derechos y libertades. Entonces, ahora, cuando uno espera ver algo de cordura y de decencia en las declaraciones de quienes nos gobiernan o, como es este caso, el "jefe" de la judicatura española, cuando imaginamos que al menos tendrán la delicadeza de no ser ofensivos con quienes lo pasan, lo pasamos, tan mal, va éste y suelta lo de los viajecitos en bussines class, o sea en primera como siempre la hemos llamado. Desde arriba, en esos sillones enormes donde se sientan sus culos (tan limpios o tan sucios como los de los demás mortales) no se entiende que mezclarse con el pueblo, en asientos estrechos de un avión, junto a recién casados, estudiantes, jubilados, inmigrantes y demás plebe, les daría rango de humanos, casi los podríamos tratar como un ciudadano más de nosotros. Pues no, no quieren, quieren seguir separados por la cortina, en filas donde solo van 2 en vez de 3 pasajeros, donde te siguen sonriendo en vez de poner "caras" cuando solicitas algo, donde puedes llegar tarde y hacer esperar a los demás 160 pasajeros del vuelo a que "su señoría" abandone la sala vip del aeropuerto.
 
Creemos que lo de las castas solo se da en la sociedad tradicional hindú, que lo de las clases se terminó hace un par de siglos; qué equivocados que estamos. Las cúpulas de las grandes empresas se suben aún más sus millonarios sueldos, los directivos de los bancos, aunque quiebren, sacan tajadas económicas impensables en la actual situación, los gobiernos -nacional y regionales- aumentan la lista de "enchufados" asesores... Mientras, abajo, donde vivimos los demás, solo se ven pérdidas de libertad, de derechos sociales, de pagas extras, limitaciones de expresión popular en la calle, desahucios, suicidios (aunque el obispo de Segovia diga que no tienen que ver con la crisis)... A veces, desde los escaños parlamentarios se burlan abiertamente de la capacidad intelectual del ciudadano vendiendo mejoras cuando aplican rodillo, vendiendo planes de futuro cuando nos dejan indefensos, protegiendo a quienes nos han conducido a esta situación mientras nos distraen la atención con "humo". Nunca antes, al menos en nuestra joven democracia, se había tenido peor consideración de los gobernantes, de la iglesia, de todos los que han de velar por los intereses públicos. Son incontables ya las risas del ministro Montoro con sus amiguitos banqueros y grandes empresarios, los silencios del presidente Rajoy ante la mayoría de preguntas de la prensa (que no entiendo cómo siguen acudiendo a esas farsas, ya que basta con copiar una nota de prensa que les remitan desde el gabinete de turno), las mentiras de la ministra Báñez sobre los planes de empleo o los jóvenes, etc.
 
No es justificable la actitud del representante del "tercer poder" del Estado; sólo esas declaraciones son más que suficientes para pedirle su inmediata renuncia al cargo. Los casi 200.000 euros que se embolsa por un lado le dan más que de sobra para pagar de su bolsillo la diferencia de tarifa en los vuelos y son suficiente salario como para que que tuviese prohibido insultar a quienes no pueden hacer frente al recibo de la luz, de la hipoteca, del transporte escolar o de tantos y tantos recibos que llegan a los miles de hogares españoles, cada día más en precario. Qué clase de justicia se podría esperar de un juez que hable así, aterra pensar lo que dirá en privado de los pobres ciudadanos que ven negro más que gris el futuro suyo (nuestro), de los hijos, de la sociedad en general. Esta no es la España que nos merecemos, creo que no nos hemos portado tan mal desde 1975 como para que nos caiga esta plaga de personajes. Sobran méritos para definirlos como vividores insensibles, ajenos totalmente a las necesidades ciudadanas.
 
 
¡Métase la bussines por donde pueda, yo ya ni puedo volar en avión!
 
 
 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Por qué me quiero ir a Nueva Zelanda?

Podría ser también Dinamarca o Finlandia, pero para ser sincero yo prefiero Nueva Zelanda. Es un país que tiene "de todo" -naturaleza pura, grandes ciudades, pequeños y apartados pueblos, bienestar, está lo suficientemente lejos de este caos nuestro...- y, lo que es muchísimo más importante: casi no tiene corrupción; su puntuación en el índice 2012 de Transparency International, que analiza los indicios de corrupción en el mundo, es de 90 sobre 100. Puede parecer hasta gracioso que España ha quedado empatada con Botswana... ¿Recuerdan el viajecito de cacería de Juan Carlos I? Nuestro puesto en la clasificación mundial es el 31; en 2004 estábamos el 24 de la lista. Algo me dice que tal y como vemos las cosas de la política en el siguiente informe habremos escalado aún más hacia la cabeza del pelotón. Es que nos gusta estar arriba, nuestra idiosincracia es esa, los primeros aunque sea para mal.


Qué vergüenza para un país y, sobre todo, para sus dirigentes. Aunque, a la vista de las medidas que se toman en esta materia, a los nuestros, los dirigentes digo, no se les pone la cara colorada por nada ya. Ideologías aparte, no se ven atisbos de solución; gobierno tras gobierno, el manejo irregular de cuentas y fondos públicos sin repercusión posterior para los corruptos ha sido una constante, si bien hay que indicar que últimamente parece desbordado. Esto debe ser como lo de los iceberg, si vamos navegando y vemos uno, aunque no sobresalga demasiado de la superficie del agua, hay que tener mucha precaución porque debajo es inmensa la montaña de hielo; a cada caso que se destapa y se investiga -que no quiere decir que acabe con los huesos de los culpables en la cárcel- podemos imaginar decenas más que siguen agazapados y protegidos por algunas instancias políticas implicadas, a veces pequeñas y municipales y otras grandes y nacionales instancias.



Yo me quiero ir a Nueva Zelanda. Solo me falta el dinero, ya que la idea me ronda la cabeza desde hace tiempo y muy poco más  falta madurarla. Pero claro, ese detalle monetario es importante si uno pretende cambiar la residencia por un tiempo a tierras tan remotas y avanzadas socialmente. Para colmo, no formo parte de ninguna red corrupta ni de ninguna institución con ánimos de ciertos desvíos económicos o receptora de favores por permisos... Ya me entienden. Así que no me queda más remedio que seguir indignándome día tras día con toda la mierda que uno lee en la prensa, escucha en la radio o ve en la televisión; bueno, en alguna prensa, en alguna radio y en alguna televisión, porque los tentáculos de ese pulpo llegan a todos lados. Por si esto fuera poco, leo hoy una noticia en la que se cuenta que hoy termina el plazo para reclamar en el Reino Unido el premio de un boleto de Euromillón agraciado con 80 millones de euros. Alguien validó esa apuesta en junio y no ha aparecido a cobrar... ¿Será idiota, torpe o despistado? No sé, pero es el sueño de cualquiera, al menos el mío: ganarlo, solucionar mi entorno familiar e irme a... Si, eso a Nueva Zelanda. Por lo menos hasta las próximas elecciones, que no está mal.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Mi envidia americana.

Nunca he sido muy defensor de EEUU (escribiéndolo así acabo de recordar al infame Urdaci leyendo ccoo en vez de Comisiones Obreras, en el Telediario de TVE para cumplir una justa sentencia judicial en contra del ente público), no tanto por el país en si que me parece encantador, otro pequeño continente cargado de bellezas naturales y espectaculares ciudades como pueda ser Australia, sino más bien es por sus ciudadanos y la manera de ver al resto del mundo. La nación más poderosa -con el permiso de China, por supuesto- se ha emcargado siempre de sembrar conflictos, manipulaciones políticas y golpes de estado a diestro y siniestro, con lo que se ha ganado una merecida fama de "meterse donde no le llaman", así como ciertas enemistades peligrosas y radicales. A pesar de ello, hay que reconocer que han construido un país perfectamente adaptado a su forma de ser como pueblo. Es algo así como esos modelos "raros" en el mundo del automóvil, o gusta mucho o es repudiado, pero a nadie deja indiferente. Políticamente también han marcado su especial estilo de construir una democracia: es bipartidista y su sistema electoral complejo, aunque práctico.


Tras estas últimas elecciones a Presidente, marcadas por un casi continuo empate en las encuestas de intención de voto y la mayor utilización que se recuerda hasta ahora de las redes sociales, han habido declaraciones de una importancia política nunca vista. La retrasada hasta el límite comparecencia del derrotado Mick Romney felicitando al vencedor no se diferencia mucho de cualquier proceso electoral español; estamos acostumbrados a ver esas felicitaciones entrecomilladas cuando no queda más remedio que darlas al adversario que ha salido airoso en las urnas. Pero hay unas declaraciones que no podemos dejar pasar de largo como una anécdota más; John Boehner, Presidente de la Cámara de Representantes USA y republicano es el protagonista de las mismas. En ellas, aludiendo a las negras espectativas económicas que se vaticinan sobre Estados Unidos en 2013, dirigiéndose al reelegido Obama le dice: "...no se trata de ser demócratas y republicanos, ahora se trata de ser americanos". ¡Zas en toda la boca!, como diría Sheldon, el friki-científico protagonista de la serie de tv "Big Bang"; ahí si que duelen ese tipo de declaraciones si las extrapolamos a nuestra querida España -esa que acabamos de conocer que la censura franquista hizo cambiar la letra a la cantante Cecilia-. Los americanos acaban de dar un lección de corporativismo nacional, dejando a un lado las lógicas disputas partidistas para aunar esfuerzos en la búsqueda de la salvación de la economía del país frente al abismo.


La envidia me corroe y creo que por primera vez en mi vida me hubiese sentido muy orgulloso de ser americano, americano de USA; mi país se acerca cada día más al borde del precipicio y nuestros políticos, los que gobiernan y los que se oponen, colaboran en empujarlo poco a poco, centímetro a centímetro, a ese abismo al que Boehner, tendiendo la mano a Obama, se niega a caer. Aquí, en España, verán desde arriba estúpidamente como caemos sin remedio en el desastre total... Eso sí, mientras siguen echándose la culpa unos a otros. Es una lástima que no tengamos ese tipo de dirigentes y representantes del pueblo, capaces de aparcar por un tiempo la lucha de partidos para formar "piña" y salvan una nación. No es la primera vez y me parece que no será la última que me refiera a ese sueño que ronda la cabeza de cientos de miles, quizás algunos millones, de conciudadanos que piensan como yo, que sólo la unión de PP, PSOE y los demás partidos del arco parlamentario nos llevarían de verdad por la senda correcta. Lo que ocurre es que España no es los Estados Unidos de Norteamérica y nuestros políticos no son como los suyos, por desgracia, al menos en estos asuntos. Cuando al rival que ha ganado en las elecciones se le dice que lo que se espera es que lidere al país para poder seguirle, solo puede darnos envidia, mucha envidia.

Aquí les gusta más sacarnos la piel a tiras, defender a los banqueros aunque nos hayan llevado a la ruina económica, arropar a los corruptos bajos las alas del partido, no parar los inhumanos desahucios a miles de familias sin recursos, o viendo cómo se pasan por extraviados algunos Ipads al Senado -quizás para tener dos o ceder el anterior a alguien cercano, que más da el motivo- y miles de etcéteras que si seguimos enumerando sólo nos dará más rabia e impotencia y muchas ganas de montar en las plazas públicas de pueblos y ciudades guillotinas, cual moderna revolución francesa.

 La suerte, por llamar de alguna manera a la maniobra genética de nuestra concepción, nos hizo nacer en esta época, en este lugar y en estas condiciones; es más o menos como nos ocurre tras cada sorteo de alguna lotería o juego de azar en el que hayamos participado y, por supuesto, perdido ese maravilloso bote de millones con el que soñamos solucionar todos los males: ¡Qué mala suerte tengo! Pues eso, qué mala suerte tenemos para algunas cosas al ser españoles. Esta semana, tras el martes 6, yo quise ser norteamericano... Qué le vamos a hacer.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Abortar.

Siguen sumándose colectivos en contra del proyecto de nueva Ley del Aborto que pretende sacar adelante el Ministro Ruiz Gallardón; sus cambios, en algunos aspectos son tan drásticos que nos volverá a colocar en etapas incluso anteriores a la primera regulación de la interrupción voluntaria del embarazo. En los últimos días han sido profesionales de la medicina, ginecólogos, obstetras y otros especialistas, firman un manifiesto poniendo de relevancia lo incongruente de la medida. Las legislaciones europeas más restrictivas en este tema son las de Irlanda y Malta; ahora el Gobierno de Mariano Rajoy, presionado por la jerarquía eclesiástica española y los grupos ultracatólicos, quiere colocarnos en ese vagón de cola de los avances sociales y las libertades de la mujer. Si conocieran de primera mano los motivos que llevan, en la gran mayoría de los casos, a una mujer embarazada a solicitar la interrupción del proceso, sabrían sin duda alguna que el paso que dan no es una fiesta, no es motivo de alegría ni se toma con ligereza la decisión.
 
 
Problemas personales, sociales o familiares de todo tipo, unidos a esas otras causas de "fuerza mayor" -las que ahora también quieren eliminar de un plumazo- donde la genética juega un imprevisible papel en enfermedades y/o malformaciones que abocarían a ese futuro ser a una vida desgraciada y muchas veces casi inhumana. Ni que decir tiene que esas mujeres, tras serles practicado un aborto que necesitan por alguno de los motivos expuestos, pasan por problemas sicológicos, afectivos y hasta de rechazo a sí mismas y a sus parejas. Si valor le doy ya a la mujer por su alta capacidad para resistir mejor que nosotros el dolor y las contrariedades, sin mencionar otras cualidades de gestión y organización más que demostradas, más valor le confiero al hecho de tener que renunciar a algo que suele ser una consecuencia biológica y natural como es el de ser madres.
 
 
Por diversos motivos, profesionales la mayoría de ellos, me tocó vivir la época de los viajes de fin de semana a Londres o Ámsterdam en la década de los 70; el destino lo marcaba más la confianza del ginecólogo que la trataba por las clínicas y los métodos británicos  u holandeses que la propia mujer, dado su momento de desesperación o necesidad que vivía con un embarazo no deseado o conflictivo por salud. Los casos, a veces, pasaban de la normalidad, se conocían abusos, descuidos, infidelidades... Pero también los que llegaban por la simple recomendación médica dado los factores de riesgo para el feto, la madre, o incluso ambos. Poco a poco la sociedad española evolucionaba tras el fin de la dictadura franquista y esos fines de semana pasaron con el tiempo a ser puramente turísticos. Tanto Londres como Ámsterdam son ciudades que valen la pena disfrutarlas paseando, visitando sus museos o haciendo compras y no convertirlas en el triste y amargo recuerdo de una necesidad. Si el cambio de la Ley se produce, el turismo dejará de nuevo paso a ese incesante gotear de españolas que se ven obligadas a irse adonde les puedan dar solución a un problema que les ha hecho tomar una de las decisiones duras de su vida. A mi, no me cabe la menor duda. A esto hemos de añadir los que todas las asociaciones médicas y de defensa de la mujer no paran de denunciar: se producirán miles de casos de abortos clandestinos de nuevo en España; unos por incultura o falta de información, otros por pura razón económica, ya que no sólo cuesta hacerlo sicológicamente, también significa un desembolso de dinero de cierta importancia, que si tenemos en cuenta las actuales circunstancias que la crisis nos brinda será muy significativo y, para muchas, imposible gasto.
 
 
Quienes pensamos que de la libertad y los derechos conseguidos no podemos hacer renuncia, esperamos que se tome conciencia más allá de las simples creencias religiosas de quienes gobiernan, ya que, entre otras cosas, deben gobernar para todos, para todas. La religión no puede ni debe frenar la evolución social, la política no ha de interferir en cuestiones de ética. Cada humano ha de ser responsable de las decisiones que tome en su vida y nunca imponer por la fuerza criterios que sólo afecten a las creencias. Todo parece apuntar a que ciertos sectores sociales y el Gobierno actual nos vuelven a designar como reserva espiritual de occidente según los más estrictos cánones de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
 
 
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jueves, 25 de octubre de 2012

Transplantes de órganos y estupidez humana.

La medicina es una ciencia en la que los avances que van permitiendo la continua investigación podríamos decir que se pueden llegar a palpar en primera persona; técnicas exploratorias y quirúrgicas cada vez menos invasivas, fármacos que permiten la curación de graves enfermedades o el alivio del dolor, posibilidad de fertilizaciones antes casi imposibles, etc. De manera destacada, no solo por lo que significan en si clínicamente sino además por la lista de miles de personas que han logrado prolongar dignamente su vida, se encuentran los transplantes de órganos: pulmón, hígado, córnea, riñón, corazón y más recientemente manos y caras entre otros. Gracias a la innovación en cirugía y a la alta especialización lograda por los equipos médicos que realizan estas intervenciones y todo un entresijo de organismos, medios de transporte sanitario y, por supuesto, altruistas donantes, es posible que el humano tenga cada día algo más de esperanza de que la vida no acaba cuando padecemos una grave enfermedad o accidente.
Todo esto se puede desmoronar cuando, desde importantes tribunas públicas, se lanzan discursos banales, sin criterio científico que les respalde, cuestionando casi esotéricamente la existencia o no de "alma" en los tejidos de los órganos que un paciente pueda recibir. Cuando la tribuna es la televisión pública, el posible donante es un asesino que acaba de suicidarse en medio de un cerco policial para su captura -con lo que de drama social tenía el caso aludido, al haber una relación con una menor de por medio- y le unimos que la voz (Mariló Montero) usa el espacio a modo de monólogo, sin mencionar que además se declara donante de órganos, la gravedad de las consecuencias de su atrevimiento puede tener consecuencias mayúsculas.
Entre los órganos que aún no es posible transplantar está el cerebro; sobre él la ciencia no ha logrado despejar las dudas acerca de si sus funciones de memoria, de inteligencia, de bondad o maldad podrían trasmitirse a una persona que recibiera el mismo en un transplante. Pero como decimos, la medicina no ha logrado aún realizar tal intervención quirúrgica. De esta manera y permitiéndome una licencia "poco seria" para un tema de esta envergadura, me quedo tranquilo por ahora de que en caso de necesitarlo no sería receptor del órgano pensante de la tal periodista. La verdad es que respiro tranquilo. Cualquiera que se cuestione que un tejido, como pudiera ser el músculo cardiaco, pueda llevar "alma" y ésta ser trasmitida a un paciente que lo recibiera como mínimo no debería usar un medio de comunicación con la libertad que ha hecho la señora Montero. Tales comentarios parecen más de tertulia entre cañas o copas tras un ajetreado día de trabajo, sin más intención que debatir formas de pensar o creencias de tipo religioso.
Soy donante, orgulloso de serlo y fiel creyente de que simplemente si nuestra exisitencia se ve acortada mientras los órganos aún puedan servir a otro, no hacemos más que regalar algo de vida y esperanza a esa persona que lo necesita. Con nuestra muerte nos llevaremos los recuerdos de la vida, las alegrías y frustraciones, los ideales y cuantas cosas, buenas y malas, hayamos realizado en los años que fuimos pobladores de este planeta. Hay que ser respetuoso con las creencias espirituales o religiosas de los demás y es por ello que los países no decreten la obligatoriedad de la donación, quedando ésta en la conciencia y la generosidad de cada uno de nosotros; pero no podemos permitir que se puedan trasmitir tales mensajes de duda sin la oportunidad de ser debatidos científicamente. Es que incluso la Iglesia Católica, tan poco afortunada habitualmente cuando expresa sus criterios acerca de lo mundano, no ha renegado de la donación y transplante de órganos.
La estupidez humana no puede dejar en entredicho a la mejora de las condiciones de salud y de vida que en las últimas décadas hemos alcanzado. El caso de las, como nínimo, desafortunadas palabras de Mariló Montero podemos meterlas en el mismo saco de otros acontecimientos recientes como el intento de asesinato de la niña paquistaní de 14 años, Malala, que defendía el derecho a la educación femenina; o la brutalidad de la mente del senador estadounidense que, sin pestañear siquiera, en el fervor de la campaña presidencial exabrupta que si una mujer violada se queda embarazada debe ser porque Dios lo ha querido así. Este tipo de dioses mejor es que no existan, porque nada bueno nos iban a traer. Afortunadamente parece ser que Malala Yousafzai no morirá y se recupera en Reino Unido, adonde fue trasladada tras ser tiroteada. Me temo que el senador Murdock siga siéndolo, como la conductora de "Los desayunos de TVE". Lástima.

domingo, 30 de septiembre de 2012

El "presi" viaja cargado.

Una de las palabras más manidas de los últimos tiempos es austeridad (algo austero es, según la RAE, severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral, sencillo, sobrio o sin ninguna clase de alardes); eso que el Gobierno del Reino de España clama una y otra vez desde los más variados púlpitos que debemos hacer, que cumplir, severas medidas de austeridad para poder salir de la crisis y volver a generar riqueza en nuestro país. Y como no sería nada fácil lograr que el pueblo se auto medicara esa amarga pócima de austeridad, pues el Presidente, siempre atento al bien de los españoles, decreta desde hace meses infinidad de recortes en toda materia que tenga que ver con ayudas, salarios, subvenciones, pensiones, etc. Bien apretados los cinturones, con nudo ya que el último agujero aún queda holgado, los ciudadanos miramos hacia arriba a ver si vemos algo parecido a eso que se llama austeridad en las otras instancias de los nacionales del Reino, gobierno, Parlamento, Casa Real. ¿ Y qué nos encontramos? Pues que estamos solos en los ajustes, que solo los que podemos ser oprimidos soportamos tales medidas.

La revista Interviú comenzó su andadura siendo famosa por presentarnos estupendas señoras desnudas, con sensuales y provocadoras fotografías "artísticas". Luego, para no quedar por excesivamente machistas han pasado por sus páginas bien pagadas algunos apuestos caballeros, de cuidados y fibrosos cuerpos, para regocijo de mujeres y de quienes gustaran de contemplarlos. Aparte de esa línea editorial, también ha destacado en el tiempo esta publicación por meter su hocico en temas escabrosos, escándalos de todo tipo, mafias, delincuencia, corrupciones y demás asuntillos interesantes para el pueblo. De esta manera podemos pasar porque nos interesan sus reportajes y que ni siquiera miramos las fotos de desnudo; algo así como las encuentas callejeras donde todos veíamos los documentales de la 2 en vez de los programas del corazón y todos esos de la llamada tele basura.

Vamos a quedarnos con esas páginas, entre otras cosas porque este blog no tiene intención de añadir a Internet más fotos de gente desnuda, sean machos o hembras, y estén como para comérselos/las. Este blog intenta aflorar los sentimientos y sensaciones que producen las noticias que nos asaltan cada día. Por ello me quedaré con el reportaje, sin pieles desnudas, que se puede leer en el Interviú de la semana pasada: "Los gastos secretos en los viajes del Gobierno". Pues resulta que el presidente vuela bien cargado; de entrada, cargado de exquisiteces para comer y beber. Luego, a resultas de alguna recomendación a modo de "orden desde arriba" que se recibe cuando viaja Rajoy en el avión oficial, en la unidad del Ejército del Aire que cuida de estos operativos, el Grupo 45, se dice: "Rajoy: extra de whisky y vino", pues podemos decir entonces que también puede que vaya cargadito en muchos de estos vuelos. Parece ser que le da cierto yuyu a volar y entre turbulencia y turbulencia van cayendo algunos Cardhu y vinillos de Rioja, entre otros.

Volviendo a las viandas, parece ser que las meriendas no son de Nocilla, sino del mejor jamón ibérico de bellota, uno que le cortan a razón de 200 € el kilillo. Para comer suelen pasar por los platos rodaballos o solomillos dignos de las mejores cartas, esas que tienen 5 tenedores dibujados y dan temblores cuando ves lo que cuestan. En el famoso viaje a Polonia para animar a la selección nacional de fútbol, ese que realizó tras dejarnos de piedra al anunciar el ministro de Economía el rescate de la banca, la cenita que se metieron entre pecho y espalda costó, según parece, 1.000 euros. Al cruzar el Atlántico en vuelo hacia México, para asisitir a una reunión del G-20 pueden imaginarse las botellas que habrán caido para quitar el miedillo a volar del presi y de su séquito. Cuentan las "malas lenguas" que Zapatero era menos patrio en el beber y que sobre todo bebía de la digestiva ginebra británica... En el fondo y en estos asuntos, ninguno escapa al lujo y el buen vivir, sea de cabeza coronada o por simple mandato popular tras las elecciones.

Todos los aviones Falcon y Airbus al servicio de las altas autoridades del Estado son gestionados y abastecidos por el Grupo 45 del Ejército del Aire; si solo nos atenemos al gasto en cátering, podemos ver que durante el pasado 2011 se gastó por ese concepto casi 350.000 € y que en la primera mitad del actual las facturas por el mismo concepto suman ya los 128.000 €, por lo que cabe vaticinar que a 31 de diciembre se superará el gasto del año pasado. Si volvemos ahora al comienzo de este post y releemos lo que la Real Academia de la Lengua dice del significado de la palabra austero, yo me quedo con el de "rigurosamente ajustado a las normas de la moral". Pues eso, que una cosa es lo que dicen que hay que hacer y otra, muy distinta, lo que ellos mismos hacen.


No quiero ni pensar el menú de vuelo en los viajes a África a cazar elefantes, bisontes, leones...

sábado, 15 de septiembre de 2012

Me importan un carajo.

Según la R.A.E. "importar algo un carajo a alguien" es no importarle nada. Pues esa es la sensación que me producen los 40 años de Letizia Ortíz, el Presidente del Gobierno y su grupo paramilitar, perdón ministros, los bancos y sus rescates y así un largo etcéteras de privilegiados que viven en una confortable burbuja mientras el resto, los ciudadanos de a pie, funcionarios, maestros, amas de casa, sanitarios, autónomos, bomberos, parados, etc., ven como sus derechos son sistemáticamente sesgados semana tras semana. Cuando hace cuatros años la caída de uno de los principales bancos de inversión de Estados Unidos, Lehman Brothers, provocó el comienzo de la crisis que vivimos, su director para España y Portugal y consejero asesor del mismo era Luis de Guindos, sí ese que ahora aplica con cara impasible y pertinaz sonrisa desagradable los recortes a los que el gobierno de Mariano Rajoy nos somete. ¿Qué crédito y qué confianza puede dar un personaje así como para dejarle las riendas de la economía nacional? Pues a la mayoría de los que podemos razonar con cierto criterio ninguna confianza, más bien es bastante desconfianza lo que nos provoca.

Letizia, Mariano, Soraya, Juan Carlos, Esperanza o Luis, sin más, podemos ser cualquiera de los casi 50 millones de habitantes de España; pero Ortíz, Rajoy, Sáenz, Borbón, Aguirre o Guindos es suficiente añadido para convertirlos de anónimos a poderosos, de puteados a privilegiados, de currantes a vividores. Sus casas y sus lugares de trabajo se blindan cada vez que hace falta para evitarles las "molestias" de las protestas ciudadanas. Para ellos los recortes no existen en libertades, las tienen todas, tampoco en privilegios ya que siguen disponiendo de los mismos que siempre han tenido; hasta en lo económico casi no se han visto afectados, ya que sus asignaciones son tan elevadas que un pequeño 5 o 7% les siguen dejando una cantidad "insultante" de euros para desarrollar su vida.

A estas alturas del texto el concepto "carajo" me empieza a parecer suave, hasta delicado habida cuenta de la desfachatez con la que despachan los asuntos estos personajes y el rostro que le echan a la cuestión. Así que mi sentimiento, aunque en el fondo significa prácticamente lo mismo, ha pasado a: me importan una mierda. Más que nada porque eso es lo que les importamos nosotros, los que no disponemos de coches oficiales, escoltas, casas pagadas, pensiones inalcanzables... Se suponen que eso lo tiene por trabajar por el bien público. Pues ¡Una mierda!, lo tienen porque se lo pueden asignar y proteger ya que son ellos mismos los que deciden quién opta a esa vida y cuánta es la cantidad que se llevará por la cara en la mayoría de los casos.

No podemos olvidar que estamos gobernados por un fraude; así ha de considerarse la manera en la que se consiguió. Ninguno es tonto, todo lo contrario, y la situación era bien conocida (véase si no el caso de Guindos, de donde venía), por lo tanto lo más fácil era intentar convencer al pueblo de que traían la solución a todos los males, sobre todo a los males del anterior gobierno. Con su programa en mano, a modo de biblia, se dedicaron a mentir, a prometer y augurar todo lo que luego, ya con mayoría absoluta, empezaron a incumplir impunemente, a sabiendas de que lo hacían punto por punto, promesa por promesa todo lo dicho en mítines, entrevistas y artículos de cabecera de la prensa fiel al partido. Lo más digno que podría hacerse en este caso es dimitir y abrir de nuevo un proceso electoral; pero para hacer un acto digno, primero hay que serlo y éstos, si algo han demostrado por activa y por pasiva es precisamente carecer de dignidad, al menos dignidad política.

Ya hemos retrocedido muchos años en libertades y derechos; pero lo más triste es que no ha parado la vuelta al pasado, prometen seguir quitando, cortando, limitando cada una de las conquistas que nuestra sociedad había alcanzado. Hasta tal punto se ha llegado que sólo nos falta que sus policías vuelvan a ser "los grises" de antes (la cara de perro ya la han sacado en las manifestaciones) y patrullen en Land Rover Santana, que en las escuelas, separados niños y niñas claro, se vuelva a pegar, que entren en las cárceles las mujeres abortistas, que las comunidades autónomas vuelvan a ser regiones (Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Las Vascongadas...), etc, etc, etc. Los que pudimos vivir bajo el peso del yugo y las flechas, al menos nosotros, sabemos de qué hablamos y sabemos las consecuencias de los retrocesos sociales: cuestan muchas décadas recuperarlos.

Están arruinando nuestro sueño y el sueño de nuestros hijos. Se han cargado gran parte de bienestar social conseguido y todo parece indicar que seguirán por el mismo camino. Todo ello sin el más mínimo sentimiento de arrepentimiento, ya que son ellos los que nos han metido en este negro presente; ellos, sus amigos banqueros y los que los protegen. Sólo queda una esperanza, un camino posible para los puteados: que los echemos, literalmente. Mientras tanto y a la espera de conseguirlo, sus vidas, sus cumpleaños, su futuro y todo lo que les ocurra me seguirá importando una mierda.

¡Ni olvido ni perdono!

lunes, 3 de septiembre de 2012

208.243 euros

Esta es la cantidad de dinero que nos acabamos de ahorrar los españoles hoy; resulta que doscientos ocho mil doscientos cuarenta y tres euros es el dinero que el caradura de Carlos Dívar había reclamado. Hay que reconocer que estaba contemplada esta indemnización; corresponde al 80% de su salario de dos años. Ya es lamentable que quisiera embolsarse el dinero tras el escándalo que supuso el destape de sus 32 viajes de fin de semana a Puerto Banús y otros destinos turísticos con cargo al Consejo General del Poder Judicial, pero es que más dolor, si cabe, nos produce a los ciudadanos el saber que la indemización de marras se debe al perjuicio ocasionado al acceder al cargo. O sea, que lo nombran tercer poder del estado y le causamos problemas, pues que dimita coño en vez de aceptar el cargo y los más de 130.000 € anuales de sueldo. Creo que cada español que viven de un mísero salario de entre 600 y 900 € mensuales, de esos que el Gobierno considera dignos y susceptibles de bajarlos más aún, asumiría el puesto que le ofrecieron a Carlitos renunciando sin poner trabas a la compensación. Pues bien, ha decidido renunciar (tras haberla reclamado) a sus 208.243 € y quedarse SÓLO con su pensión de jubilación, unos 2.000 al mes, que no está nada mal. Claro que desde ahora tendrá que pagarse de su bolsillo los viajecitos y cenas románticas con velas; igual en vez de irse a hoteles de lujo, el próximo verano lo podamos ver paseando de la mano bajo los atardeceres de Marina D'Or o viajando fuera de temporada para "pillar" alguna oferta 2x1 de Viajes Halcón a la República Dominicana o Cuba.

Y es que este país nuestro está lleno de Carlos Dívar, callados como zorros con la que está cayendo al resto, chupando de la teta pública sin casi mover un dedo. Es una pena que los miles de puteados funcionarios que manejan información sensible sobre sus altos cargos no hayan empezado a soltar por la boquita. Aunque quizás si se haya trasmitidos los datos y lo que faltan son medios de comunicación suficientemente éticos e independientes como para denunciarlos. Es que nos movemos en un mundo mercantilizado y altamente politizado y, claro, cuando se vive de la publicidad y las campañas de las instituciones públicas y los partidos políticos mejor es callar que perder unos cientos de miles de euros al año. Así nos va.

Hoy (3 de septiembre de 2012, para que no haya dudas) se ha podido conocer que el precio que pagamos por las gasolinas no se ajusta a la lógica; ahora resulta que si usáramos los baremos de cuando no era libre mercado la pagaríamos más barata que hoy, con libertad y competencia en vigor (¡Qué risa, competencia!) Seguro que algo parecido pasaría con la telefonía, internet, los viajes en transportes públicos, etc. En cualquier parte del mundo, del mundo civilizado y avanzado claro, la competencia trae guerra de precios entre las empresas comercializadoras y el consumidor se puede beneficiar de importantes bajadas, descuentos, ofertas... Aquí no, aquí parece que quienes deben competir, más que eso pactan para mantener sus tarifas lo más altas posibles y la calidad justita tirando a baja. Y, además, las instituciones reguladoras y que deben vigilar la competencia miran para otro lado siempre; curiosamente hacia el lado donde solo se perjudica a la misma parte siempre, al consumidor.

Sobran Dívares y faltan Gordillos, sobran golfos y faltan Robin Hoods, sobran políticos y faltan médicos, sobran políticos y faltan profesores, sobran políticos y faltan bomberos...Realmente sobran políticos, sobran muchos.

Entonces, ¿Y si los vamos echando? Antes, cuando el Imperio Romano, se echaba gente, sobre todo cristianos, a la arena con los leones. Ahora ya no se usa eso, no quedaría bien ante el mundo, bastaría solo con que se fueran a casa a preparar su currículo (si es que tienen estudios o profesión válidos) y buscaran trabajo, de esos de 8 a 10 horitas diarias, de lunes a sábado, por, digamos, 700 eurillos al mes. Ah y que de ese dineral han de pagarse cosas que ahora no están acostumbrados: casa, coche, viajes, móviles, gasolina....

Ja ja ja ja, creo que algunos tras dos meses pedirían los leones.




jueves, 30 de agosto de 2012

Un país de pandereta.

Hay cosas que difícilmente se pueden cambiar, o al menos hay que dedicarles un gran esfuerzo y tiempo. España nunca se ha distinguido por ello, por lo del esfuerzo, más bien tenemos esa imagen exterior de pueblo fiestero y de siesta, toros y olé. Es un estereotipo y como tal no demasiado exacto, pero no podemos ocultar que somo un país de pandereta. Empezando por nuestra clase dirigente, ese enorme grupo de políticos, vividores de la cosa pública, que desde cualquier institución, municipal, autonómica o nacional, manejan las cuentas con una opacidad y generosidad "personal" como mínimo poco fiable. Cuando peor lo estamos pasando, cuando la economía no deja de darnos malas noticias y los ojos de toda Europa se fijan cada vez más en nosotros, los de la que realmente dirige este continente, va el gobierno dejando un rastro de mala gestión, de uso partidista del poder, sin importarle demasiado ese bien común que tanto dicen defender.
 
Lo último, más bien debemos decir lo penúltimo porque esto no lo para nadie, ha sido la publicación en el prestigioso e influyente periódico Financial Times de un reportaje acerca del comportamiento de nuestro (¿Nuestro?) Presidente, el balbuceante y dubitativo Mariano Rajoy. Entre otras "guindas" le tacha de gobernar como un dirigente de partido, mirando los perjuicios electorales de sus actos más que el bien de la economía del país. Cree el Financial que hasta que no vea que España cae irremediablemente no pedirá el rescate y que esto traerá graves consecuencias porque a más tarde se pida más duras serán las condiciones y más complicado salir de la situación. El ejemplo se ha visto en el resto de países intervenidos: Grecia, Irlanda o Portugal. Su actitud desafiante inicial y la indecisión con la que afrontaba la cuestión de los bancos ha hecho que los inversores vean con mucha desconfianza el futuro español.
 
Está claro que no tenemos un Presidente a la altura de las circunstancias y es posible que en su partido no haya nadie con la suficiente entereza política como para asumir ese cargo ahora mismo. Solamente dando una imagen interior y exterior de confianza se podría afrontar la crisis con cierta posibilidad de lograr la meta: salir del agujero donde hemos caído. Sigo pensando, cada día con más convicción, de que España solo tenía un camino, el de la convergencia, el de la unidad de sus partidos políticos con más peso (PP y PSOE) y de algunos otros con representación nacional en un frente común de salvación nacional. La publicidad nos ofrece la fórmula, habría que abrir un paréntesis, un kit-kat, sin traspiés, sin intereses partidistas, sin complacencia hacia la corrupción, buscando juntos la manera de eliminar los vicios y malas gestiones y aumentar el trabajo y la racionalidad; todo ello con y para el pueblo, sin ningunear ni pisotear los derechos y libertades de sus ciudadanos. Pero, claro, nuestro país de amiguismo, de intereses empresariales, de pandereta, no deja opciones. Aquí prevalece el "si caemos caemos todos".
 
Tras ese período abierto de esfuerzo común y tras haber alcanzado la meta de estabilizar la desastrosa economía nacional, vendría la normalización de la política, nuevas elecciones, otro gobierno, fortalecido por el esfuerzo desempeñado, daría igual que fuera de derechas o de izquierdas para empezar ya que lo importante sería poder volver a empezar. Pero eso es un sueño, una de tantas utopías inalcanzables en España; aquí nunca ha prevalecido el interés general sobre el interés partidario, entre otras cosas porque la política siempre, siempre, ha sido utilizada como catapulta personal y no para desempeñar un trabajo en pro de la sociedad. Da envidia ver como prosperan otros países analizando su problema y poniendo soluciones coherentes sobre la mesa. Si hay que sentar a decenas o cientos de políticos, banqueros y empresarios en los banquillos de la Justicia se hace; pero, en nuestro caso, esos políticos, banqueros y empresarios son amigos, compañeros de partidos o de viajes o de cacerías y, claro, eso en un país de pandereta no podemos llevarlo a cabo.
 
En Brasil, un país que teníamos, en general, por menos democrático y algo más corrupto, avanza el macrojuicio contra la corrupción denunciada en 2005. Auténticos "pesos pesados" de la política y las finanzas están acusados de importantes delitos relacionados con usos fraudulentos y delictivos de fondos públicos en beneficio personal y de partidos políticos. Parece que su Tribunal Supremo se ha puesto a la labor de aclarar la maraña urdida durante estos años y condenar a quienes resulten culpables por ello, sean quienes sea, presidente del más importante partido, el que sustenta a la actual presidenta del país, presidente del banco nacional o grandes empresarios... En total, por ahora, hay 38 acusados. Aquí hasta miembros de la Casa Real están salpicados en casos con graves imputaciones y a toda prisa se intenta desviar la atención, echar tierra encima, en vez de hacer algo tan castizo como "coger al toro por los cuernos".
 
 
 
 
Podríamos a la vista de todo esto enviar un mensaje, un ruego, al Presidente español:
 
Señor Mariano Rajoy, échele huevos, sea valiente, demuestre que puede ser honesto y gánese por fin el respeto de su pueblo. Creo que ese pueblo se merece algo mejor que lo que se está haciendo con él, con nosotros.
 
 
P.D.
Muchos de nosotros, cientos de miles seguro, nos acordaremos de esta época y ni olvidaremos ni perdonaremos lo que haya ocurrido.
 
 

lunes, 20 de agosto de 2012

Imperdibles del domingo



Los ciudadanos que protestan contra Cospedal son equiparados a los violentos de la “kale borroca”.
Protestar, manifestarse, pitar, abuchear o recibir a la presidenta María Dolores Cospedal con una sonora cacerolada está prohibido en Castilla-La Mancha, como lo prueba los expedientes sancionadores abiertos contra una veintena de ciudadanos conquenses que en las últimas semanas se han opuesto a los salvajes recortes neoliberales que la también secretaria general del PP viene aplicando de forma indiscriminada en la región manchega.
Leer más:
http://www.elplural.com/2012/08/18/los-ciudadanos-que-protestan-contra-cospedal-son-equiparados-a-los-violentos-de-la-%e2%80%9ckale-borroca%e2%80%9d/

El negocio de los bebés robados empezó en las cárceles franquistas y continuó durante la democracia.
A sus padres les dijeron tras unas horas o incluso unos días después del nacimiento, que el niño, la niña, había muerto. Pero no les permitieron ver el cuerpo. O les mostraron el cadáver de un bebe que no parecía neonato. Después, dificultades para obtener los restos y enterrarlos, o la negativa a entregarlos.
Leer más:
http://www.elplural.com/2012/08/19/el-negocio-de-los-bebes-robados-empezo-en-las-carceles-franquistas-y-continuo-durante-la-democracia/





Cospedal defiende a los políticos.
La secretaria general del PP cree injusto que se demonice a la clase política, "que sabe que tiene que dar ejemplo". Así, aunque reconoce que "hoy hay muchas personas que están en paro", ha insistido en que las personas que se dedican a la política "no lo hacen por un gran salario".
Leer más:

Condenan a la Sanidad valenciana por confundirse de paciente.
Le dañaron los nervios del hombro al tratar de insertarle un tubo en una vena, operación que era para su compañera de habitación. Dos días después quisieron ponerle un enema que tampoco era para ella.
Leer más:
http://www.publico.es/espana/441156/condenan-a-la-sanidad-valenciana-por-confundirse-de-paciente




El amigo murciano de Ratzinger.
De misionero en el Caribe a promotor de una universidad para 10.000 alumnos que dona millones al Vaticano. José Luis Mendoza es uno de los laicos con más poder en la Iglesia.
Leer más:
http://politica.elpais.com/politica/2012/08/17/actualidad/1345238140_825169.html





 




domingo, 12 de agosto de 2012

No está bien, pero...

Quizás no sea el mejor ejemplo que se pueda dar a la ciudadanía el que ha sido protagonizado por militantes y dirigentes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), encabezados por Juan Manuel Sánchez Gordillo, Quizás el "asalto" pacífico a dos supermercados para llevarse unos cuantos carros de la compra llenos de alimentos básicos para ser repartidos entre gente necesitada de los mismos a través de las ONG que los asiste no sea la medida que se deba adoptar, porque, entre otras consideraciones, se les puede ir de la mano en cuanto vean la oportunidad otros grupos que nada tengan que ver con cuestiones de solidaridad popular. Pero luego de esa visión poco ejemplarizante del acontecimiento hemos de recapacitar en los motivos; no deja de ser una forma de provocar la atención de la gente en general y de los políticos en particular sobre las importantes necesidades que una cada vez mayor parte de la población está sufriendo. Sánchez Gordillo es un conocido político andaluz, militante de izquierdas, diputado autonómico por IU en Andalucía y Alcalde de Marinaleda (Sevilla), pequeño municipio de algo más de 2.600 habitantes y 25 km cuadrados de extensión; insignificante tal vez, pero que ha luchado y lucha por conseguir los retos que cualquiera quisiera para su pueblo o su ciudad. Y más allá de esta lucha se debe decir este logro, porque Marinaleda es un buen ejemplo (este sí) de autogestión, de gobierno asambleario para manejar las finanzas municipales. Un sistema "revolucionario" de autoconstrucción de viviendas, donde el suelo lo pone el ayuntamiento, así como el proyecto arquitectónico y los materiales, donde, además, el tiempo que ha trabajado en la obra el futuro propietario se le descuenta a modo de salario del precio final de la casa. De esta manera se han levantado más de 350 viviendas.

En el año 78 se ocupó una finca durante dos días, algo que no ocurría desde los años de la República, en 1979 obtienen, en las primeras elecciones democráticas municipales, la mayoría absoluta la coalición Colectivo de Unidad de los Trabajadores. Al año siguiente Marinaleda protagoniza una huelga de hambre masiva, con la participación de 700 personas, en reivindicación por mejorar las prestaciones y regulación del empleo comunitario. A partir de ahí comenzó la lucha firme por la tierra con ocupaciones y expropiaciones de fincas y terrenos. Gracias a esos años el pueblo tiene en la actualidad pleno empleo y recursos propios obtenidos a través de una cooperativa que cultiva, transforma y comercializa los productos obtenidos  por el sistema de agricultura ecológica, contando en la actualidad incluso con almazara propia para la elaboración de aceite de oliva.

El Alcalde, Juan Manuel Sánchez Gordillo, cobra como un jornalero más del pueblo, 1.200 € mensuales y la retribución que obtiene de su escaño parlamentario se entrega a ONG'S para su distribución social. Este pueblo lo ha logrado, dejando de lado las aspiraciones políticas personales que tanto caracterizan actualmente a nuestro sistema; y si ellos lo han logrado es que se puede conseguir, que la utopía es realizable. No es que sea fácil, pero sí que es posible. La lucha no es fácil; cuando comienza, hace algo más de 30 años, con la llegada de la  democracia y las primeras elecciones a España, su pueblo no tenía consultorio médico, ni guardería, ni casi calles asfaltadas, ni que decir que ninguna instalación deportiva ponía esa práctica al alcance de sus moradores, etc. Por ello, se consideró que la libertad que se había obtenido desde 1976 no era suficiente, ya que faltaba que sus habitantes tuviesen acceso total al bienestar y los servicios sociales.

En la actualidad, Marinaleda sigue siendo una excepción, un edificante ejemplo para dirigentes y partidos políticos; esos que tanto se jactan de trabajar para sus conciudadanos mientras cobran desmesuradas cantidades del presupuesto municipal en salarios, dietas y privilegios materiales. En algunos casos tan escandalosos como que pequeñas poblaciones, con recursos limitados, pagan alcaldes por encima de 70.000 € de remuneración mientras faltan servicios sociales tan básicos como la educación o la sanidad. Obligados por la presión social, en algunos pueblos y ciudades se han visto en los últimos meses algunos gestos, más simbólicos que justos, donde ediles han presincido de "regalos" tales como las dietas por asistir a los plenos. Aunque parezca mentira, los sueldos que reciben no son suficientes y, como ocurre con el Congreso o el Senado, han de recibir un extra por aisistir a las sesiones de trabajo, a los plenos. Es como si cualquier trabajador de España cobrara su sueldo por ser empleado pero para asisitir a su puesto de trabajo debieran recibir una dieta complementaria. Simplemente demencial. Al menos vale la pena conocer y difundir este caso, el de este pequeño pueblo de Andalucía, a 108 km de distancia de la capital, Sevilla, donde sus gentes y sus gobernantes se conforman con tener trabajo y disfrutar solidariamente de los servicios y del bienestar que con su esfuerzo personal obtienen. Puede ser que su acción de hace unos días no sea plausible, pero no cabe duda de que es comprensible y, hasta cierto punto, justificable por una gran mayoría de la población. Su acción pacífica debe servir de sensibilización para los ciudadanos y de aviso para los gobernantes.




Súper ricos, súper desiguales.

El 29 de octubre de 1929 Wall Street tembló y sucumbió en lo que se llamó el martes negro; anteriormente, ya desde principios de ese año se vivían convulsos momentos de la economía norteamericana y todo hacía presagiar, aunque los vaticinios quedaron algo cortos, una fuerte caida de la economía. El crash de la bolsa desencadenó la mayor crisis que se recuerda, extendiéndose por el resto de paises durante años; en algunos, como USA, a finales de la década de los 30 comenzó a superarse, sobre todo por la puesta en marcha de la maquinaria industrial de la fabricación de armamento y en otros, la mayoría, debió llegar los años 40 para estabilizar sus finanzas. Mientras las clases trabajadoras y de rentas más bajas veían cómo se quedaban sin trabajo, sin medios casi de supervivencia, los más ricos, el 1% de la población, manejaban el 24 % de la economía nacional. Aún en la actualidad ese promedio no suele bajar del 23%. Fue el presidente Franklin D. Roosvelt quien promovió una serie de medidas impositivas y sociales para equilibrar esa desigualdad y lograr la recuperación nacional; su popularidad creció "como la espuma" y se le sigue recordando de manera especial por ello.

Hasta los años 80, con la llegada al poder del presidente Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en Gran Bretaña, que se instauró como sistema lo que se ha llamado neoliberalismo, las desigualdades se mantuvieron dentro de un "lógico" desequilibrio. Los últimos 30 años han destacado por la protección a las rentas del capital frente a las del trabajo; bancos y especuladores se han hecho en este tiempo con el control absoluto de las economías internacionales y con una más que notable influencia sobre las clases gobernantes, sobre todo a través de los grandes medios de comunicación. Financiando, directamente donde está legalmente reconocido o si no mediante subterfugios legales, los partidos políticos y, por tanto, los gobiernos se han visto dirigidos hacia políticas conservadoras y proteccionistas de sus prácticas, como poco y a la vista de los resultados con una escandalosa falta de criterios éticos y sin considerar el bien común como finalidad de las mismas. Simplemente se les devuelve con una legislación más que permisiva los favores obtenidos durante décadas. Aún hoy y a pesar de ver las graves consecuencias sociales de esta política, antes se persigue despiadadamente a quienes sustraen alimentos de un supermercado, al más puro estilo Robin Hood, que a quienes han llevado a la ruina total a entidades financieras y, por tanto, a paises enteros. Casos como el de Islandia o Brasil, donde se han sentado en el banquillo a responsables políticos y ejecutivos son simple anécdota mundial. En países como Italia, España, Grecia, etc., siguen paseando como si nada hubiera pasado.

Como expresa el escritor español, reconocido poeta y dramaturgo, Antonio Gala en una entrevista concedida al periódico El País, que al ser preguntado por si la gente aguanta más allá de lo razonable, éste contesta que no, que lo hace más allá de lo histórico: "Es que una cosa no se puede consentir: no-se-puede-pasar-hambre. ¡Lo primero que tiene que hacer un Gobierno no es evitar que quiebren los bancos, sino que no haya hambre!" Y es que el gobierno, al menos el español, ha demostrado la mayor inoperancia que se recuerda, pero es que además, no quedándose contento con ello, ha empezado un desmantelamiento pieza a pieza de derechos y libertades ciudadanas que dentro de algunas décadas se estudiará, seguramente, como una época oscura de la historia de nuestro país, seguramente comparada, aunque de otro signo, con los cuarenta años de dictadura militar vividos en la segunda mitad del siglo XX: el aplastamiento implacable, sin razón, de la sociedad civil que, además, es la única inocente de cuanto ha pasado y está pasando. Es momento de revoluciones, por ahora pacíficas, sin violencia, usando la fuerza de la resistencia y la protesta; pero... ¡Quién sabe!

El Presidente no goza de popularidad, incluso cada vez menos entre votantes de su fuerza política, sobre todo debido a la mano dura que exhibe con los más débiles en la crisis, las clases trabajadoras, funcionarios, parados y jubilados. En Europa se le ve débil y no se le respeta como igual mandatario, juega en segunda división, pero además en los puestos de cola, jugándose el descenso a tercera y con ello arrastrando sin compasión a su pueblo. Algo inusual ante un gobierno de derechas se ha podido ver en los últimos meses, el ejército se manifiesta abiertamente contrario al gobierno y las medidas adoptadas por éste. Los jueces y fiscales ya barajan ponerse en huelga este otoño tras la vuelta al trabajo tras el parón vacacional de la justicia de agosto. A propósito de vacaciones, es incomprensible que el Gobierno se vaya de vacaciones, aunque se queden cerca y localizables (como el Ministro de Turismo, el canario José Manuel Soria, que descansa en la isla de Lanzarote en un complejo de lujo declarado ilegal por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias y que uno de sus propietarios está involucrado en al menos dos casos de corrupción. ¡Que viva el ejemplo!) porque el país necesita salir del profundo agujero y este  grupo de privilegiados que se embolsa cada uno más de 70.000 € de sueldo al año, lo menos que debe hacer es no descansar, seguir luchando y si no, dejar paso a quienes tengan capacidad y disposición para intentarlo.