viernes, 4 de mayo de 2012

¿Era necesario?

A pesar de disponer en Frankfurt de una espléndida sede central se ha decidido celebrar en Barcelona una reunión del Banco Central Europeo. Desde las Olimpiadas celebradas en la ciudad Condal en el año 92 no se había visto, ni sufrido, un sistema de seguridad parecido; 8.000 agentes de policía, de los cuales 4.500 pertenecen a los Mossos d'Esquadra y 3.500 a la Guardia Civil y Policía Nacional, fueron ubicados en los diferentes controles y  anillos de seguridad que van desde la frontera con Francia, al aeropuerto de El Prat, puerto de Barcelona, las calles de la ciudad, el metro y el entorno del hotel. Francotiradores de élite, buzos, GEOS, helicóteros, etc., formaban parte del dispositivo; uniformados y de paisano, con vehículos blindados y arcos de seguridad. 

Como medida complementaria se suspendió el acuerdo de Shengen para poder negar la entrada en España de todo el que pareciera sospechoso de querer manifestarse. Posiblemente nunca lleguemos a conocer en detalle el importe total del gasto de dicho despliegue humano y material, pero la cifra sería  seguramente muy escandalosa.

Por supuesto que dicho encuentro de los que velan (o deberían velar) por la fortaleza y estabilidad del euro no podía celebrarse en cualquier sitio; para acogerlos se destinó el Hotel Arts, máximo lujo junto al mar, cuyas habitaciones más baratas (que no serían ocupadas por este grupo) cuestan 300 euros, pero que suben rápidamente a los 600, 800, 2.000, 7.000 y 12.000 por noche según tipo, o sea una minucia al alcance de cualquiera de nosotros. Estamos atravesando por la mayor crisis social y financiera que podamos recordar y que hayamos vivido y estos se gastan una inmensa fortuna en venir a reunirse a España. Y España se gasta otra inmensa fortuna en agasajarlos cuando vemos cada viernes, tras el Consejo de Ministros la nueva lista de recortes presupuestarios aprobados y que nos amenazan con que serán semanales hasta el final de la legislatura.

Para añadir más a este despropósito de dimensiones faraónicas nos vienen a tomar el pelo y ponernos aún más en la cuerda floja con sus exigencias a nuestras maltrechas cuentas públicas. Como el motivo central de la reunión era la economía española y el pacto de crecimiento pues nos hacen gastar lo que no tenemos para que vivan a cuerpo de rey (sin escopetas ni elefantes, menos mal) mientras debaten, comen, se ríen, comen, pasan el rato, comen... Desde hace algún tiempo se ha ido pasando progresivamente de una situación en que nos indignábamos a otra en que ya simplemente da asco; asco de la política y de los políticos; asco de su desfachatez y alarde de riqueza y posición; y mucho más asco cuando vemos que para que ellos vivan así a nosotros nos quitan cada día más, más dinero, más derechos y, quizás lo que más deba dolernos, nuestra dignidad. Espero que no ocurra, pero al menos yo no me sorprenderé si un día la gente se harta y monta algo que acabe mal, muy mal.

Por internet circula la foto de un billete de 5 euros con lo siguiente escrito: "señores políticos, como antes o después este billete acabará en sus manos... ¡Váyanse a la mierda! 

Pues eso ¡Váyanse a la mierda!

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