miércoles, 5 de diciembre de 2012

¿Por qué me quiero ir a Nueva Zelanda?

Podría ser también Dinamarca o Finlandia, pero para ser sincero yo prefiero Nueva Zelanda. Es un país que tiene "de todo" -naturaleza pura, grandes ciudades, pequeños y apartados pueblos, bienestar, está lo suficientemente lejos de este caos nuestro...- y, lo que es muchísimo más importante: casi no tiene corrupción; su puntuación en el índice 2012 de Transparency International, que analiza los indicios de corrupción en el mundo, es de 90 sobre 100. Puede parecer hasta gracioso que España ha quedado empatada con Botswana... ¿Recuerdan el viajecito de cacería de Juan Carlos I? Nuestro puesto en la clasificación mundial es el 31; en 2004 estábamos el 24 de la lista. Algo me dice que tal y como vemos las cosas de la política en el siguiente informe habremos escalado aún más hacia la cabeza del pelotón. Es que nos gusta estar arriba, nuestra idiosincracia es esa, los primeros aunque sea para mal.


Qué vergüenza para un país y, sobre todo, para sus dirigentes. Aunque, a la vista de las medidas que se toman en esta materia, a los nuestros, los dirigentes digo, no se les pone la cara colorada por nada ya. Ideologías aparte, no se ven atisbos de solución; gobierno tras gobierno, el manejo irregular de cuentas y fondos públicos sin repercusión posterior para los corruptos ha sido una constante, si bien hay que indicar que últimamente parece desbordado. Esto debe ser como lo de los iceberg, si vamos navegando y vemos uno, aunque no sobresalga demasiado de la superficie del agua, hay que tener mucha precaución porque debajo es inmensa la montaña de hielo; a cada caso que se destapa y se investiga -que no quiere decir que acabe con los huesos de los culpables en la cárcel- podemos imaginar decenas más que siguen agazapados y protegidos por algunas instancias políticas implicadas, a veces pequeñas y municipales y otras grandes y nacionales instancias.



Yo me quiero ir a Nueva Zelanda. Solo me falta el dinero, ya que la idea me ronda la cabeza desde hace tiempo y muy poco más  falta madurarla. Pero claro, ese detalle monetario es importante si uno pretende cambiar la residencia por un tiempo a tierras tan remotas y avanzadas socialmente. Para colmo, no formo parte de ninguna red corrupta ni de ninguna institución con ánimos de ciertos desvíos económicos o receptora de favores por permisos... Ya me entienden. Así que no me queda más remedio que seguir indignándome día tras día con toda la mierda que uno lee en la prensa, escucha en la radio o ve en la televisión; bueno, en alguna prensa, en alguna radio y en alguna televisión, porque los tentáculos de ese pulpo llegan a todos lados. Por si esto fuera poco, leo hoy una noticia en la que se cuenta que hoy termina el plazo para reclamar en el Reino Unido el premio de un boleto de Euromillón agraciado con 80 millones de euros. Alguien validó esa apuesta en junio y no ha aparecido a cobrar... ¿Será idiota, torpe o despistado? No sé, pero es el sueño de cualquiera, al menos el mío: ganarlo, solucionar mi entorno familiar e irme a... Si, eso a Nueva Zelanda. Por lo menos hasta las próximas elecciones, que no está mal.


2 comentarios:

  1. No te olvides que primero hay que pasar por las Maldivas

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  2. Por supuesto; además ese paraiso es de los que desaparecerán bajo el nivel del mar si éste sigue subiendo. Hay que disfrutar lugares como las Islas Maldivas mientras existan.

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